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Nuestra civilización está en una encrucijada de dimensiones insondables.

Por un lado, es la primera vez que la productividad, y nuevas tecnologías justo bajo el horizonte, señalan la posibilidad de una economía de abundancia. Hasta ahora, la economía ha sido reconocida como una economía de escasez. Eso es lo que estudian los economistas y Lionel Robbins, un economista británico y director de London School of Economics, en 1932 definió la economía como ‘la ciencia que estudia el comportamiento humano como una relación entre medios escasos y fines que tienen usos alternativos.’
  La productividad es ahora, cuando se compara con 1932, tan alta que uno de los principales problemas que las fábricas y distribuidores tienen es vender lo suficiente de su producción. En los países avanzados no hay escasez de bienes de día a día. Productos alimenticios, electrodomésticos, vivienda y transporte están disponibles, o podrían estar disponibles sólo mediante el aumento a un nivel mas alto de la producción de las fábricas ya existentes. Si alguien tiene hambre en América, en Europa y en la mayoría de los países, es porque esa persona con hambre no tiene dinero. No porque no hay comida. Y el futuro apunta hacia una mayor productividad.
  La productividad está aumentando, y aumentará aún más cuando computadoras y robots más inteligentes se apoderen de más y más puestos de trabajo y produzcan más por empleado. La era de la escasez está siendo sustituido por una era de abundancia. Pronto será posible que todos tengan todo lo que necesitan, y mas tarde muy bien podría ser todo lo que quieran.
  Por otro lado, nuestra economía se está desplazando hacia un capitalismo sin límites. El capitalismo es bueno, pero al igual que el agua, el exceso es peligroso. Demasiado de algo es peligroso.



El capitalismo reconoce intrínsecamente el valor del capital sobre cualquier otra cosa. De acuerdo con sus principios, sólo las ganancias y la acumulación de riqueza son recomendables. Al final, sólo habrá uno. Una persona, o un grupo de personas serán dueños de todo. Las oligarquías y monopolios serán la regla de la tierra. Y va a ser la regla de la tierra porque los políticos también se pueden comprar. Podría ser una dictadura en la que la persona que tiene más dinero está a cargo.
Para empeorar las cosas, podría haber menos puestos de trabajo, en los que sólo genios bien educados podrían encontrar un trabajo. La mayoría de las personas no entran en esa categoría. La mayoría de la gente estaría desempleada o subempleada.
  Hemos visto imágenes y sonido donde se menosprecia a los ‘vividores’. Sabemos que muchas personas exitosas creen que son superiores, sólo porque son ricos. Aun cuando muchos vienen de familias que les dieron mejores oportunidades. Y, aun si son mejores, el resto tiene derecho a sobrevivir. El resto es el 99,9% de la población, si las tendencias actuales continúan sin cambio.
  El resto es usted y yo, somos todos nosotros, nuestras familias y nuestros amigos.

Recapitulemos:
  • La productividad está mejorando.
  • Los empleos serán usurpados por robots.
  • La economía podría pasar de 'escasez' a 'abundancia'.
  • El capitalismo está compactando la riqueza en unos cuantos.
  • ¿Qué se puede hacer?

    La gente va a sobrevivir, incluso si se les deja fuera del sistema; van a sobrevivir. La raza humana ha sobrevivido durante miles de años bajo condiciones espantosas. No será la primera vez. Sin embargo, acaso no es esta una cuestión de derechos humanos. Es cuestión de justicia y cuestión de quién va a ganar.



    Una minoría de gente cruel puede y ha mantenido a una mayoría bajo control. Podría ser incluso más fácil hacerlo con robopolicias y aviones teledirigidos de vigilancia. Así, el teatro está establecido para que siete millones vivan en lujo extremo y siete mil millones en extrema pobreza. Me gusta este futuro, sólo que yo no soy un multimillonario y no creo que voy a serlo nunca. Por lo tanto, no me gusta este futuro.

    Reconsiderando, me gusta este futuro para mis libros ambientados en un ‘futuro cercano en distopía’.

    Revisado en 2018: las condiciones de disparidad de ingresos, pobresa y explotacion por los muy ricos han aumentado, y sequiran creciendo. Mis historias en un ‘futuro cercano en distopía’ tal vez sean acertadas.

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